Donaciones
Fuera de México:

Check out with PayPal

Cada una de tus bendiciones se encuentra en Jesús. Joseph Prince




Dios es un Dios bueno, y Dios quiere ver tu vida prosperada en cada área, y aunque hoy hablar de prosperidad no está siendo muy popular en algunos círculos cristianos, la Biblia de hecho está llena de eso:

Juan 3:2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.

El apóstol no escribió algo que no representara el corazón de Dios. Todas las Escrituras son respiradas por Dios, incluida 3 de Juan 2, y Dios dijo: “amado yo deseo que sobre todas las cosas” (que es como lo traduce la versión KJ), imagínese por encima de todas las cosas, “yo deseo que tú seas prosperado, y que tengas salud, así como tu alma prospera”. Así que esto cubre las tres dimensiones del hombre: toda bendición espiritual, salud para su cuerpo y prosperidad para su alma. Dios quiere que tengas prosperidad también en tu vida financiera, en tus relaciones. Dios simplemente quiere llenarnos de todo tipo de bendiciones.

Lo que voy a enseñarles hoy confío que va a ayudarles. Algunas veces la medicina no es muy agradable de tomar, pero es también después de tomarla que obtenemos alivio. Yo creo en un Dios que quiere que cada uno de nosotros tenga salud y su alma prosperada.

Vamos a ver a Josué en Génesis 39, pero antes, quisiera darles algunos antecedentes de José. Al pasar una caravana él fue vendido por sus hermanos, esos hombres estaban viajando e iban a Egipto, así que, en Egipto, José fue vendido como un esclavo, literalmente como una vaca, como una oveja es vendida en un mercado, y fue comprado por Potifar, y en Génesis 39:2 dice:

Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio.

Entonces, aun si no tienes nada, el Señor, tu Dios, está contigo. Él te retornara todo lo que te ha sido robado y más, y más. La persona más importante con quien puedes estar, es el Señor. Si tu mejor amigo te abandona o te traiciona, mientras el Señor este contigo, vas a ser prosperado. Observen lo que dice aquí, que José fue un hombre prosperado, fue un hombre exitoso. En hebreo dice “shaliak” “hombre prosperado”, un hombre exitoso, en hebreo literalmente dice que fue un hombre a quien el Señor hizo que fuera prosperado. Dios hizo que esto ocurriera. El Señor puede hacer que tú seas prosperado y la Biblia dice en Génesis 39:3:

Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano.

Todo esto fue por la gracia de Dios. El Señor hizo que todo esto prosperara en su mano. Así que José tuvo gracia delante de los ojos de Potifar. Todo eso se trata de favor, de gracia. Favor y gracia es lo mismo, y gracia es favor inmerecido de Dios y en el versículo 4 dice:

Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía.

Potifar lo hizo gobernar sobre toda su casa, y el versículo cinco dice que Dios bendijo todo lo que Potifar tenía a causa de José.

5 Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.

Yo no tengo ninguna duda que la compañía donde ustedes están es bendecida porque ustedes están allí, tu organización es bendecida porque tú estás allí. Nuestras naciones son bendecidas porque nosotros estamos allí. Entonces, Dios bendijo todo lo que Potifar tenía:

6 Y dejó todo lo que tenía en mano de José, y con él no se preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia.

¿Por qué hace esta observación la Escritura?, por el versículo 7 que dice:

7 Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo.

La esposa de Potifar puso sus ojos en él y le dijo “duerme conmigo”. Permítame decirles esto, porque mucha gente se pregunta esto, “si el Señor me prospera ¿porque estoy en este problema?” José no durmió con ella, ¡y eso lo llevó a prisión! Escuchen con atención, este problema fue aprovechado por Dios para bien. Todo esto provocó que él cayera en la cárcel, y eventualmente interpretara los sueños de los siervos del rey, y que uno de ellos hablara de él y por ese testimonio fue sacado de prisión, no para que entrar a la casa de Potifar de nuevo, sino para estar delante de la misma presencia del más poderoso monarca en esa época.

Entonces no digas: “yo confieso que soy la justicia de Dios, y todavía estoy en problemas” ¡Tú tienes el favor de Dios aun con todas las cosas que están pasando en tu vida! todas las cosas malas que puedan estar pasando en tu vida, pueden pasar porque el favor de Dios está en ti. Personas pueden decir cosas malas acerca de ti porque tú tienes el favor de Dios en ti, pueden mentir sobre ti, pueden escribir o decir cosas malas de ti porque el favor de Dios está en ti. Entonces no digas: “yo he confesado que soy justicia de Dios y nada pasa”.

Los creyentes muchas veces tenemos pérdidas o problemas por causa de nuestra fe, aun así, la Biblia asegura que Dios está con nosotros.

Ahora, hay una cosa que detiene que la gracia fluya, y eso es la justicia propia, cuando tratas de justificarte a ti mismo.

Gálatas 5:4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
En el momento que tratas de justificarte por la ley, por ti mismo, caes de la gracia, caes del lugar donde la gracia puede ayudarte, puede suplirte y puede cubrirte, estas cayendo de la gracia, la gracia es más alta, la ley es más baja.

2 Corintios 6:1 Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios.

No recibas en vano la gracia, porque es posible que estés en una gran iglesia donde se te esté enseñando la gracia, y aun así no recibir el favor de Dios en tu vida. Recibir la gracia en vano quiere decir que no ves resultados en tu vida. Notemos el principio del versículo que dice “así pues”, cuando originalmente se escribió esta carta, Pablo no la escribió con capítulos y versículos así que anterior a este versículo dice:

2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Entonces no recibas la gracia de Dios en vano. Dios te ha hecho justo en Cristo, así que no rehúses aceptar esto tratando de ser justo por ti mismo.

Ahora, si estás en la gracia, prepárate porque vas a caer, por muy fuerte que seas, vas a caer. Si has fallado, si has cometido un pecado, es probable que digas “no voy hacer esto nunca más”, y el diablo se regocija con eso, él se regocija cuando te escucha decir “nunca voy a volver a decir o a hacer esto”. No, esa es la cosa incorrecta por decir, eso es auto-justicia. ¿Sabes que es lo mejor que puedes hacer? confesar tus pecados y seguir adelante, confesar que tú eres la justicia de Dios EN CRISTO, es la mejor forma en que puedes honrar a Dios, es decir y reconocer que los sufrimientos de Cristo no fueron en vano, que tú eres la justicia de Dios en Cristo. Él fue hecho pecado para que nosotros fuésemos hechos justicia. Si no aceptas Su justicia, si la recibes en vano, desechas la gracia.

Imagínese que un pequeño va a la escuela y lucha por tener dinero para comprar un presente para su papá, y él compra un regalo, y el papá lo ve y dice “¿qué cosa es esto?”, de una forma despectiva, y si ese padre no conserva ese regalo no lo atesora y termina en el cesto de la basura sin usarlo, imaginen el corazón del hijo. La cosa más grande que puedes hacer para honrar a Dios, es tomar tu lugar, porque Jesús tomó el tuyo, él te hizo la justicia de Dios. Eso fue un regalo. Jesús no hizo pecado para ser condenado, nosotros tampoco hacemos justicia para ser hechos justos.

Así que, como creyente, debes estar listo porque vas a caer y esas caídas van a ser buenas para ti, además, van a golpear tu sentido de justicia propia, ¡es bueno eso! porque todos tenemos esa raíz secreta que obstruye la gracia de Dios, porque la gracia solamente fluye como dice:

Romanos 5:21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.

Reinemos en vida a través de Jesús, la gracia de Dios reina a través de la justicia de Jesús, ¿quieres reinar en la vida? ¿quieres reinar como rey en tu vida? ¿quieres el favor de Dios?

Veamos Filipenses 3:2:
Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo.

Dice “guardaos de los perros” ¿a qué se refiere? los judíos llamaban perros a los gentiles, él revierte esto a los fariseos, a aquellos que estaban tratando de promover la ley protegiendo su auto-justicia, y así iban contra el evangelio de la gracia. Ellos querían mutilar el cuerpo porque deseaban que siguieran la ley.

Filipenses 3:3 Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.

4 Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más:

5 circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo.

Pablo dijo, si tú quieres alardear, yo puedo alardear más, no confíes en tus esfuerzos, en tus logros.
La carne puede manifestarse de dos formas: Por la justicia propia, por el orgullo, por la actitud de superioridad; pero también puede manifestarse en vergüenza, en condenación y en un sentido de inferioridad.

Tu puedes tratar de hacer un esfuerzo para estar mejor con Dios como ir a una misión, no, amigo, cuando haz pecado la respuesta se encuentra en nuestra justificación por gracia. “Pastor Prince, ¿no piensa que debemos tener algún sentido de arrepentimiento, de sentirnos mal por haber pecado?” ¡claro! porque eso nos lleva al arrepentimiento, pero la vergüenza y la condenación es algo que el diablo quiere que tengas porque cuando pecas, antepones la carne. El orgullo se ocupa de sí mismo, te estás viendo a ti mismo, pero la condenación también es verte a ti mismo, debes mirar a Dios y Su gracia. Debes mirar a Aquel que no hizo pecado y que por nosotros fue hecho pecado para que nosotros fuésemos hecho justicia de Dios en él.

Tú puedes decir “¡ah! me siento tan mal, tan avergonzado”. No, no amigo mío, tu puedes sentirte mal porque has lastimado a tu esposa o has portado mal con tus hijos y tienes vergüenza, pero no te sientas mal para con Dios. Cuando David cometió adulterio, cuando mató a Urías para quedarse con su esposa, en el Salmo 53 dijo: “contra ti, Dios, he pecado” ¿cómo pudo decir David eso? él dijo “solo contra ti he pecado”. Él mató a Urías, cometió adulterio, trajo vergüenza con todo a Israel ante todas las naciones que vieron esto. Pero el miró a Dios y dijo: "contra ti he pecado" porque todo pecado es realmente contra Dios, nos sentimos mal horizontalmente cuando realmente nos debemos sentir mal verticalmente, hemos desacreditado Su honor hemos tomado la gloria de Él. Así que cuando pecamos, debemos decir: “Dios. te pido perdón y te doy gracias porque me perdonas porque Cristo murió por mí. Padre, Cristo Jesús es mi justicia, él es mi justicia, no puedo superar esto por mí mismo”. Entonces cuando aceptas este perdón, recién estas recibiendo la justicia y estás diciendo, “no estoy solo, no tengo que hacerlo por mí mismo, no tengo que justificarme por mí mismo”.

Algunas personas legalistas dicen: "yo soy la justicia de Dios", pero olvidan decir en Cristo. No eres justificado por ti mismo, algunos tienen esta idea de que son justos, todo esto es en Cristo. Tu carne, sigue siendo tu carne, pero si respondes bien, vas a abrazar a Jesús como tu justicia, vas a decir: “Señor tu eres verdaderamente mi justicia”, y ¿saben qué va a pasar? el Señor te va a restaurar ciento veinte por ciento tu perdida.

Isaías 61:7 En lugar de vuestra doble confusión y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades; por lo cual en sus tierras poseerán doble honra, y tendrán perpetuo gozo.

Hay gente que dice: “¡He pecado! y no sé cómo voy a enfrentar esto con mi familia”, no hagas eso, todo eso es ocuparte en ti mismo. Eso detiene el favor de Dios, el decir “yo soy esto”, “yo soy esto otro”, “lo que pasa que yo soy…”. No, no, detente, para de decir eso, eso detiene la gracia. Ocúpate en Cristo y no en ti mismo.

Isaías 30:15 dice:
Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.

Cuando estás ocupado en Cristo y no en ti mismo, la paz fluye y también la sabiduría para vivir tu vida. El orgullo y la vergüenza es estar ocupado en ti mismo. Está bien sentirte mal si has pecado, especialmente con Dios, pero debes decir “el diablo me engañó, me atrapó aquí, pero yo recibo a Cristo como mi justicia”, y en el momento que tus ojos estén en él, en quietud y confianza eso va a ser tu fortaleza y tu sabiduría también.

Si tu confianza está puesta en la obra finalizada de Cristo, entonces todo lo que tratas de hacer al justificarte o sentir vergüenza, todo esto va a ser aquietado. Yo oro por ustedes que nunca lleguen al lugar en que crean en sus propias fuerzas, en su propia determinación, eso es del mundo. Confíen en el favor de Dios. Dependan de la justicia de Cristo. Cuando tengan el correcto objetivo en su corazón, que es Jesús, tu mejor amigo puede fallarte, tus hijos pueden desilusionarte, un ser amado puede romperte el corazón, pero si Jesús es el centro de tu corazón, estás en el lugar correcto para lo que fuiste creado, en el lugar correcto que es en el corazón de Dios. Demos gloria a Aquel que te ofrece vida eterna, gracias Señor.

Traducido por Claudia Juárez Garbalena

Extraído del sitio “Joseph Prince Ministries”


Comentarios