El Señor Es Poderoso Y Deseoso. Devocional. De Joseph Prince

https://www.youtube.com/watch?v=9ahP_31j0gQ&feature=youtu.be

Mateo 8:3 Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.

Cuando ves a alguien recibir un milagro de sanidad o una respuesta financiera, preguntas “¿y que hay de mi Señor?”

Yo creo que el leproso vino a Jesús haciendo la misma pregunta.

El debió escuchar o ver a Jesús a distancia como había sanado a los enfermos, ya que a él no le era permitido estar en lugares públicos por la ley. Así que no tenía duda de que Jesús podía sanarlo, pero no estaba seguro que si Jesús quería. Él le dijo a Jesús: “Señor, si quieres, puedes limpiarme” (Mateo 8:2). Él tenía la confianza del poder de Dios, pero no del amor de Dios por él.

Como el leproso, quizá no tengas problema creyendo que Dios puede darte tu milagro, ya que Él es el Dios Todopoderoso. Pero te preguntarás si Él es deseoso de dártelo. Amigo mío, permite que las acciones de Jesús, y su respuesta al leproso resuelvan esta pregunta de una vez y por todas. Él extendió su mano, tocó al leproso y dijo: “Quiero, sé limpio”, e inmediatamente su lepra fue sanada.

Quiero hacerte notar que Jesús tocó al leproso. Él pudo haberlo sanado a distancia sólo diciendo una palabra. Jesús había sanado a otros de esta manera como en el caso del sirviente del centurión y la hija de la mujer sirofenicia. Entonces ¿por qué tocó al leproso?

Jesús supo que por muchos años, el leproso había sido cortado de su familia y de la sociedad, él debió dejar de sentirse como un ser humano. Yo creo que Jesús lo tocó para hacerlo sentir un humano otra vez, para hacerlo sentir amado y aceptado otra vez. Al tocarlo, Jesús expresó su lenguaje de amor para el leproso.

¿Puedes ver aquí el corazón de amor de nuestro Dios? ¿Puedes ver lo tanto que amó al leproso? Así es como Dios te ama. El día que llegues a conocer Su corazón de amor, y creas que Él quiere bendecirte más de lo que tú quieres ser bendecido, ese será el día que recibas tú milagro.

Amado, echa un vistazo al corazón de amor que Dios tiene para ti, y creerás que Dios no es solamente capaz, sino también deseoso de sanarte, liberarte y bendecirte.

Extraído del sitio “Joseph Prince Ministries”

http://www.josephprince.org/

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