Da gracias en tu camino para que tengas paz. De Joseph Prince
Filipenses
4:6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante
de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Probablemente has leído
este versículo antes, pero ¿te gustaría saber cómo aplicarlo en tu vida diaria?
Déjeme darte una ilustración para ayudarte.
Digamos que eres uno de
los que en tu empresa son elegibles para un ascenso y mañana sabrás si lo
consigues. Deseas mucho el ascenso porque significa más ingresos para tu
familia. Así que vas a la cama por la noche y estás dando vueltas. Y oras así:
“Padre, por favor, quita todas mis preocupaciones sobre este ascenso. Dame fe”.
Una hora después, estás más ansioso que nunca. ¡Parece que Dios no está
respondiendo a tu oración!
¿Porqué? Porque no la
estás haciendo a la manera de Dios.
En vez de eso, ora así: “Padre,
echo todas mis preocupaciones acerca del ascenso en Tus amorosas manos porque
Tú te interesas por mí y me amas”. La Biblia nos dice que echemos todas
nuestras preocupaciones sobre el Señor porque Él cuida de nosotros (1 Pedro 5:7).
Entonces, di: “Padre, me gustaría tener ese ascenso”. Está bien pedirle eso.
Ahora, aquí viene la parte más poderosa: la acción de gracias. Termina tu
oración con acción de gracias. Agradece a Dios por Su fidelidad.
Di algo como, “Padre, si
obtengo el ascenso o no, te agradezco porque siempre vas a proveer a mi familia
con más que suficiente. Tú que alimentas a las aves del cielo y vistes a los
lirios del campo, cuidarás de nosotros. Así que no voy a preocuparme por este
ascenso. Tú eres la fuente de todas mis bendiciones”.
Mateo
6:30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la
viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
Filipenses
4:19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en
gloria en Cristo Jesús.
Cuando oras así, de
repente, ya no serás rehén de ese ascenso. Yo llamo a esto la terapia del
“gracias”. Cuanto más conozcas la Palabra de Dios, más podrás agradecer a Dios.
Cuanto más le agradezcas, más va a reinar Su paz en tu corazón. Y muchas veces,
antes de que te des cuenta, ¡ya será de mañana! Ni siquiera sabrás en qué momento
te quedaste dormido. Esa es la forma en que la paz de Dios reina.
Amigo mío, cualquiera que
sea tu preocupación, ¡tráela a tu Padre en oración y agradece para que tengas
paz!
Extraído del sitio “Joseph Prince Ministries”
Traducción: Claudia Juárez Garbalena
Comentarios
Publicar un comentario