El amor de Dios te hace fuerte. De Joseph Prince
Efesios
3:19 …y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que
seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
Si tuvieras que agradecer
a Dios por algo hoy, ¿por qué sería? Yo diría que estoy agradeciendo a Dios por
darme a Jesús. Porque cuando veo a Jesús en la cruz, veo el amor de Dios
venciendo, sobrepasando todo por mí. Causa en mí decir: "¡Gracias, Jesús!
¡Te amo Jesús! ¡Te adoro, Jesús! ¡Bendito seas, Jesús! ¡Aleluya!
Y mientras adoramos y
celebramos el amor de Jesús en nuestras vidas, nos encontraremos cambiados, y
veremos el majestuoso poder de Dios desplegado para nosotros y a través de
nosotros.
Este fue el caso en la
vida de David. Sus tiempos personales de adoración, de estar absorto en el amor
de Dios por él, lo transformaron de un simple pastor en un matador de leones,
en un matador de osos, en un matador de un gigante y finalmente, en un rey
sobre Israel.
Ahora bien, nadie en esta
tierra, no importa que tan fuerte sea, y mucho menos un joven, puede venir
contra un león y abrir su boca para recuperar a su oveja que el león se había
llevado, a menos que la unción de Dios esté sobre él. Y esto fue precisamente
lo que le sucedió a David, el joven pastor que fue tras el león, lo atrapó por
la barba, lo golpeó y lo mató, y así liberó al cordero de sus fauces. (1 Samuel
17: 34-37)
Amigo mío, ningún hombre
puede verdaderamente disfrutar de vivir en este mundo sin la fortaleza de Dios
en su vida, sin el favor de Dios en su trabajo y sus relaciones, sin la
protección de Dios para él y su familia, sin el aumento de Dios en sus finanzas
y sin la salud y sanidad de Dios para su cuerpo. Del mismo modo, ninguna mujer
puede sobrevivir emocional, social o físicamente sin el tierno toque de Dios,
sin Su presencia amorosa, sin Su dulce seguridad y Sus palabras de vida en
tiempos de necesidad.
Amado, mientras te
alimentas del amor de Jesús por ti, serás lleno de la plenitud de Dios. Como
David, la unción de Dios comenzará a operar poderosamente en tu vida. Y cuando
te encuentres con leones espirituales, incluso con el diablo mismo −cuando él
venga como un león rugiente contra ti, tus seres queridos o tus posesiones− ¡lo
agarrarás por su boca y lo despedazarás!
Extraído del sitio “Joseph Prince Ministries”
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